sábado, 12 de noviembre de 2011

Cómo perder 200 kilos en dos días. (De la competencia emocional)

Primero, debemos comprender qué son las emociones y cómo operan. Segundo debemos considerar que las emociones son un arma de doble filo. Por una parte, pueden descarrilar nuestros procesos mentales. Por la otra sin ellas no hay motivos para pensar. Las emociones son absolutamente necesarias para la racionalidad. Tercero, debemos encontrar modos de utilizar la poderosa información contenida en las emociones sin permitir que estas nos controlen. Debemos desarrollar la ecuanimidad para permanecer cerrados ante circunstancias difíciles. (Kofman, 2011)


Los primeros 50 kilos. HONESTIDAD. Decir cómo te sientes a un compañero te permite sentirte más ligera, segura y promueve sensación anti-estrés.
Oye, ahorita que vas a salir al evento tengo que aprovechar para decirte algo”. Con toda la honestidad hablé de la incomodidad que me causó saber que estaba llevando opiniones a personas cercanas al jefe que podían tener consecuencias importantes.
Le di un trago a mi café y me chilló mi estomago…
Después me explicó que él sólo se había “reído” ante los comentarios negativos de una persona que sentía poca simpatía por nuestra jefa, pero que jamás los había iniciado. Le hice ver que eso era igual de desleal que sí él mismo los hubiera provocado. Me dijo que no quería que se malinterpretara su postura. Le pedí que no me hiciera partícipe de ese tipo de acciones, que “hablara por él”. Me replicó: “está bien, estoy de malas a veces no sé qué hacer…”. Comprendí que yo también había participado en sesiones de “quejas” con mis compañeros.
La plática fue breve pero estoy segura que quedaron varias cosas claras. La primera era que yo me había sentido incomoda, NERVIOSA y PREOCUPADA.
Tengo mis dudas de los argumentos de ésta persona. No quiero decir que no son válidos, pero aún no los comprendo por completo. Me da la impresión de que debo ser cautelosa.
Todavía me sentía pasadita de peso.
Otros 50 kilos más. TRANSPARENCIA VS SOPLONA. Necesitaba hablar con mi jefa de mí, de todas las situaciones que también me estaban alejando de ella.
Fuimos a comer.
Le dije todo lo que me estaba molestando por las situaciones administrativas que nos habían recortado sueldos y retrasaban los pagos completos. Pero también era necesario que supiera que la sentía ALEJADA del equipo, que ya no veía el proyecto tan claro, que creía que nos estaba tratando con indiferencia y que eso me hacía sentir MOLESTA y RESENTIDA con ella.
Me tomé un cappuccino.
Además le hice saber que yo quería hablar con ella porque A MI PARECER las cosas se tenían que arreglar así entre los miembros del equipo de frente, para evitar que cualquier acción pareciera una traición.
No era suficiente, pero no me quería meter en asuntos de otros.
Le sugerí que se acercara a los compañeros en la oficina y hablara en privado con cada uno de ellos, pues aunque sabía que había inconformidades NO ME CORRESPONDÍA a mi hablar por alguien más. Le agradecí haberme tomado en cuenta para el trabajo y llenó de satisfacción saber que había cumplido y superado sus expectativas.  
Aunque también me hizo saber que ella se sentía SOLA, que había ocasiones en las que se ENOJABA porque llegaba a la oficina y todos estábamos serios como si ella tuviera la culpa de que no nos pagara el administrativo y que sí se HABÍA ALEJADO con el afán de ser valorada por los altos mandos.
Me fumé un cigarro.
Llegue a mi casa leí un poco del capítulo de Kofman competencia emocional. Dormí. Desperté vi las noticias, otro secretario de Gobernación muerto. Dormí.
Me sentí tan ligera. Tan libre.
A veces hablar con la cabeza fría pero con el corazón en la mano da mucha paz. Ella más que mi jefa es una persona importante en mi vida, he aprendido mucho de ella y la he admirado por varias razones.
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De todos los capítulos del libro del Kofman éste fue el que más me ha gustado. Sobre todo cuando habla del PERDÓN. Al otro día recibí una llamada de mi ex novio con quien me iba a casar. He aquí algo especial sobre ese tema.
Los últimos 100 kilos
Siempre pensé que haríamos muchas cosas juntos, las hicimos
Creí que nuestra historia no se acabaría, jamás morirá porque puedo recordarte sin dolor
Pero te arrastré tanto tiempo que poco a poco me fuiste pesando
Me lastimaste tantas veces que cuando te dejé ir tiré tus cosas, eliminé tus números
Pero seguí teniéndote conmigo
Dolías tanto
Me fui de tu lado desde antes de romper
Llegó alguien más desde antes de irme de tu lado
Y él también sintió el peso de aferrarme
Pagó tus culpas y las mías sin deberlas
Ganó su lugar, sin quitar el tuyo
Hoy no quiero borrarte pero ya no puedo guardarte
Y decirte adiós de nuevo fue liberarte a ti, perdonarme a mí  y valorarlo a él.

5 comentarios:

Miguel Arcángel dijo...

Waaaw! Mi hermana, Vicky tenía toda la razón, escribes excelente y pronto me pondré al corriente leyendo tu blog que, honestamente, no tiene desperdicio. ¡Felicidades!
Titulo, ilustración, manejo del argumento... ¡Me encantó! Y me quedo con la frase final que de hecho acabo de publicar en mi fb: "A veces hablar con la cabeza fría pero con el corazón en la mano da mucha paz". Un abrazo. P. Miguel Arcángel

Anónimo dijo...

La honestidad no siempre sabe bien, pero es como los chayotes, ayuda a digerir lo demás. Gracias por la parte poética, un abrazo.
Federico

George W. Dionne dijo...

Otra vez Cristina, nos llegas, mueves nuestros sentimientos al caminar contigo estas conversaciones llenas de vida.

Jilma Fernández dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Jilma Fernández dijo...

Cristina, otra vez me declaró tu fan!!! Gracias por compartirnos todo esto y no sabes el gusto que me da que ya no tengas esos kilitos de más!! Lo más importante es que fuiste sincera contigo misma y que actuaste con la misma sinceridad. Gracias!!