sábado, 24 de septiembre de 2011

Humildad ontológica. El verdadero enemigo está frente al espejo.



Evitar comprender al otro y tratar de buscar argumentos que sustenten nuestra verdad como el “único” camino para vencer al “enemigo”  nos convierten en este rey soberbio y tirano. Cuando bajamos la guardia encontramos la paz, la congruencia y hasta buenos amigos.  Debo reconocer que he sido soberbia tantas veces en mi afán de no querer mostrar a los demás cuando algo me da miedo o inseguridad.
Sentirse identificados con algunos de los “síntomas” del control unilateral que expone Kofman es tal vez el primer paso para generar el cambio.
Hoy recordé a mi primer jefe, quien me dio la patadita de la buena suerte, un hombre con muchísima experiencia y quien despertó en mi una profunda admiración y respeto, no sólo por todo lo que sabía sino porque siempre se ponía a nivel de quien estuviera a su lado para escucharlo y hacerlo reír. Fue la primera persona de quien me dolió su muerte porque más que un jefe fue un verdadero amigo. Le recuerdo con cariño José Luis Ibarra Mazari.

sábado, 17 de septiembre de 2011

De la Integridad esencial… la búsqueda de la felicidad como fin universal

Fredy Kofman jugó con mis sentimientos en el tercer capítulo de su libro “La empresa consciente”, porque a diferencia de los anteriores, me hizo sentirme orgullosa de cómo me he desempeñado hasta ahora en mis trabajos y relaciones personales. Pero comenzaré por plasmar a continuación los ejercicios que plantea y que desarrollé en mentalmente durante la lectura.
“Piense en tres personajes a los que admira… piense ahora cuáles son las características específicas del temperamento de los personajes elegidos que despiertan admiración.” (Kofman; 2011)
Tim Burton (Cineasta)
John Lennon (Músico)
Germán Dehesa (Escritor)
Irreverencia
Irreverencia
Irreverencia
Creatividad
Altruismo
Inteligencia
Perseverancia
Humildad
Sabiduría
Originalidad
Sensibilidad
Sentido del Humor
Creó un estilo propio pese a que las personas que lo consideraban un inadaptado social.
Mediante sus canciones y formas de expresión consideradas por algunos insolentes, intentó enviar al mundo un mensaje de paz.
Luchó contra problemas cardiacos y de cáncer proyectando buen humor y sentido positivo de la vida.
Defendieron sus valores =integridad

No escribo en el periódico Reforma aunque sí he sido reportera, nunca he dirigido una película aunque me encanta escribir cuentos oscuros y disfruto de hacer comentarios como me salen, sin pensar demasiado.
Estoy orgullosa de jamás haber comprometido mis valores a cambio de un “triunfo”; me satisface decir que fui el segundo lugar de mi generación en la BUAP y que iba a la facultad con el dinero contado para el camión, que jamás compré un libro porque sólo tenía para las fotocopias; que en mi primer trabajo ganaba 3 mil 500 al mes y declaraba a Hacienda (SAT); que ahorré un año para mi carro (mismo que choqué al mes) y otro año más para irme sola a Europa. Al nunca tener una casa propia, me compré un terreno que escrituré de inmediato; pude regalarle a mi mamá el día de su cumpleaños un viaje a Cancún; actualmente estudio una maestría en una universidad privada gracias a que duermo 5 horas diarias en promedio.
Esperé para mis bombones!
He tenido tres jefas que como mujeres me han apoyado y permitido crecer. Nunca me pidieron hacer algo que pusiera en riesgo mi dignidad como persona.
Y he aprendido que la felicidad está en aquellos instantes en los que disfrutas, agradeces y valoras cada cosa que llega a tu vida… la felicidad para mi es dormir esas cinco horas con la conciencia tranquila, aunque nada más sean cinco.
Nuestra integridad depende de que los valores que se manifiestan en la acción sean coherentes con nuestros valores esenciales” (Kofman; 2011)
La dignidad estriba en imponerse una tarea y no tanto en la tarea misma.” (Dehesa; 2009)
Ah, people asking questions lost in confusion
Well I tell them there's no problem, only solutions
Well they shake their heads and they look at me as if I've lost my mind
I tell them there's no hurry
I'm just sitting here doing time” (Lennon)

domingo, 11 de septiembre de 2011

Responsabilidad incondicional… seguimos con Kofman

El éxito tiene muchos padres, pero el fracaso es huérfano
Fredy Kofman hace un análisis sobre lo que implica la respons (h)abilidad  en el mundo del trabajo y las empresas y  no pude evitar acordarme de la única persona que conozco que  jugó con sus mejores cartas apartándose del papel de la víctima, tomando el control de su vida y siendo el protagonista de la misma, porque se dio cuenta de que pese a la adversidad podía elegir.
Hasta antes de esta etapa de la maestría, mi vida escolar se desarrolló en escuelas públicas, si bien es cierto que las escuelas privadas otorgan una visión del mundo más amplia al estudiante, tengo la creencia de que las instituciones públicas te ponen cerca de historias de vida impactantes.
Es común que en la secundaria tus compañeros te hacen burla por cualquier cosa, que si tus zapatos, que si como hablas, como caminas, como bailas, a Javier le hacían burla porque no tenía refrigerador y se comía la comida el mismo día que se preparaba de lo contrario se echaba a perder y el grupo de compañeros se burlaba de eso… ¡qué crueldad!.  Javier es una de las personas más humildes que he conocido, pero también más felices.

Vivir en este mundo es algo similar a no tener la posibilidad de controlar las cartas que se reparten. Si elegimos quejarnos porque lo que nos ha tocado en suerte es injusto, tendremos una vida penosa. La repons (h) abilidad es mirar las cartas que tenemos y sacar lo mejor de ellas” (Kofman; 2011)
Durante mucho tiempo dejé de ver a Javier pese a que vivía cerca de mi casa. Cuando lo volví a ver me enteré de que había entrado a  estudiar arquitectura. Me comentó que estaba tomando cuantas materias podía, al tiempo de trabajar para que su mamá dejara de trabajar haciendo el aseo de varias casas.
Volvió a pasar el tiempo y cuando me reencontré con Javier me dio mucho gusto saber que había terminado la carrera, recién regresaba de un viaje a Grecia, trabajaba en una constructora de la zona de Angelópolis y le estaba haciendo una casa a su mamá, quien ya sólo se dedicaba a cuidar de su familia.
Estoy segura de que hemos escuchado tantas historias de gente que comenzó con nada y sacó provecho de las circunstancias de su entorno (por más adverso que este fuera) para ser PROTAGONISTAS e ir alcanzando metas, dejando de ser las víctimas del mundo.
Pero qué hemos aprendido de esas anécdotas, las contamos y ponemos a varios como “Javier” de protagonistas, siendo que nosotros podríamos jugar ese mismo  papel en nuestra propia historia. Y cuando se trata de nosotros existen miles de pretextos, culpas y cuestiones que son “ajenas” a nuestras manos, que parecen hacernos juguetes del destino…
 La libertad condicional es el arma secreta de un protagonista. La protagonista comprende que todos los resultados son consecuencia de la interacción entre el desafío que supone una situación de conflicto y habilidad para enfrentarla, a la que hemos denominado respons (h) abilidad”. (Kofman; 2011)

lunes, 5 de septiembre de 2011

El líder de un “movimiento”. Los roles en el proceso de cambio.

En tres minutos y mediante de un ejemplo muy sencillo y divertido de la videoconferencia “HACIA UNA ARQUITECTURA DEL CAMBIO” de Derek Sivers, quedan claras dos cosas: uno, el iniciador de un “movimiento” no será necesariamente el líder del mismo, pues una de las características de los generadores del cambio es que enseñan a otros cómo seguir el “movimiento”.
Dos, el liderazgo se manifiesta en las circunstancias más frecuentes o las más alucinantes, sin embargo es clave impregnarle la fuerza suficiente para que llegue el momento en el que los testigos del “movimiento” invariablemente se unan a él como parte de un mecanismo de integración.
Esa es la base de todos los grandes “movimientos” sociales, políticos, religiosos o hasta musicales. Recuerdo que… un día al llegar a mi preparatoria vi que todos mis compañeros se habían subido a un camión y gritaban como frenéticos, cuando les pregunté a dónde iban, uno de ellos me dijo: “pues quién sabe pero X (el líder en cuestión) nos dijo que no va a haber clases si nos vamos con él, que nos justifican la falta”. El líder era un compañero al que un maestro le había prometido un punto más en la calificación final a cambio de que se jalara a unos cuantos a la marcha en contra del rector. X estaba sentado al frente del camión junto, enseñaba a los compañeros qué gritar y en qué momento, aunque ellos no supieran en realidad qué era lo que “defendían”.
Tal vez el maestro tenía una razón para estar en contra del entonces rector, pero  era el estudiante X quien movía a las masas.
Toman el rol de líderes aquellos que están en contacto con los demás de manera que los ven como “iguales” pero que los guían hacia un objetivo (bueno, malo, divertido, pervertido…), de modo que los seguidores NO SIENTAN que están obedeciendo, sino que el sentido de PERTENENCIA les mueva a adoptar el movimiento totalmente convencidos.
Por eso las autoridades distan mucho de ser líderes, la gente no los ven como parte de su universo. Por eso a los conductores de los noticieros se les llama “líderes de opinión”, ya que buscan estar cerca de la gente a través de sentencias como “los ciudadanos ya estamos hartos de las injusticias y privilegios para unos cuantos”… aunque hay titulares de noticieros que sí gozan de privilegios al salir al aire, pero al ponerse a nivel de la audiencia entonces son vistos como alguien que guía a las masas.
Pero para generar cambios, no siempre es necesario estar en el ojo público, frente a las cámaras. A veces sólo es el que da la pauta para seguir el camino, como aquella mujer de color que se negó a sentarse en la parte de atrás de un camión en Estado Unidos… lo importante es jugar un papel en los procesos de cambio.

sábado, 3 de septiembre de 2011

“La culpa incondicional y los primeros pasos hacia una verdadera conversación”

La culpa incondicional es la tendencia a explicar todas las dificultades exclusivamente como consecuencia de fuerzas que están más allá de su propia influencia y a verse como víctimas absolutas de las circunstancias externas.” (Kofman;2011)
Hay una anécdota que causó estragos en los últimos meses de mi primer cargo como “jefa” en el gobierno del estado. Primero debo explicar que ocupaba el puesto de coordinadora del área de monitoreo de medios del entonces Gobernador. Mi labor consistía en esquematizar la información que se generaba en los medios, de tal manera que estuviera jerarquizada de acuerdo al nivel de audiencia del noticiero en cuestión y a la importancia de la noticia respecto a la agenda del propio mandatario y demás funcionarios a los que se les hacía llegar el reporte. Dicha labor implicaba coordinar a los monitoristas, llegar antes de las seis de la mañana, estar informada de todos los temas, pero sobre todo requería de un gran control del estrés y de una intensa organización personal.
Un día cualquiera, en el que los medios  pasaban una noticia tras otra, estaba rodeada de gente de Gobernación que me pedía un reportaje que había salido días antes en una de las televisoras, a su vez estaba monitoreando el noticiero de Tribuna, redactando una nota y editando un video cuando recibí la llamada de mi jefa en la que me pedía mandar un mensaje de texto NEXTEL, al director general de Comunicación Social, al secretario particular del Gobernador y al jefe de escoltas, con copia para ella además, en el que les hiciera saber que la madre de un diputado federal había fallecido. En mi afán de “hacerlo todo a la vez”, me dirigí a la persona que me estaba esperando y le expliqué que estaba por entregarle su pedido, le subí al volumen de la estación de radio que monitoreaba y guardé el proyecto de edición que estaba haciendo… en pocas palabras, DESARROLLÉ MI PROPIO AMBIENTE DE ESTRÉS, al no dejar de lado alguna actividad y responder a lo prioritario que era enviar el mensaje. NO FUI EFECTIVA.
No me di cuenta, y escribí en el mensaje: “Muere diputado X, restos serán Velados en X de la Ciudad de México”. Me faltó poner “la madre del diputado”… un minuto después mi jefa me llamó alterada y dijo: “qué has hecho!!!!, está mal el mensaje. Me acaban de pedir que les de la dirección del lugar a dónde el Gobernador debe enviar la corona”… ¿Qué hice?.
Opción A: Mandé de inmediato un mensaje aclaratorio y me comuniqué con las personas a quienes les había mandado mal la información para rectificar.
Opción B: Me disculpé con mi jefa y le pedí ayuda para que el error no creerá un problema mayor.
Opción C: Me dio un ataque de nervios, saqué un cigarro de mi bolsa, me subí a la azotea del edificio y me puse a llorar.
Adivinaste!!, la C. Las consecuencias de aquella decisión fueron terribles, pues me dediqué a sentirme mal, a culpar a mi jefa por encargarme mil cosas en un solo día y me sentí incompetente por no haber cumplido con lo que se me había encargado... me puse de malas con todos!!!. Ahí no quedó la cosa, como no quise tocar el tema con mi jefa, ella durante algún tiempo notó mi actitud seria de niña regañada. Me prometí que no me volvería a pasar y ciertamente tuve más cuidado, pero no entendí hasta mucho tiempo después que debí hacerme responsable del problema, asumir que fue mi decisión huir en el momento y entender que tenía que organizarme mejor. Al leer el primer capítulo de “La empresa consciente” de Fredy Kofman, sentí que un balde de agua fría me caía en la cabeza, me hizo ver que supe lo que podía hacer para resolver aquel problema, conocía las opciones, no las quise ver…
Todas las organizaciones tienen tres dimensiones: la impersonal, lo concerniente al trabajo, al “ello”; la interpersonal, lo que atañe a las relaciones, al “nosotros”; y la personal, la que involucra el “yo”. El ámbito de lo impersonal comprende aspectos técnicos, como la eficacia, la eficiencia y la  confiabilidad. También abarca aspectos relacionales, como la solidaridad, la confianza y el respeto existentes en las relaciones entre sus miembros. El ámbito de lo personal abarca aspectos psicológicos y conductuales. Tiene en cuenta la salud, la felicidad y la necesidad de sentido para los integrantes de la empresa.” (Kofman;2011)
Recientemente, en mi trabajo actual, tuvimos que hacer una presentación de unos peligrosos sujetos con armas. Me avisaron a las 7 de la mañana, la rueda de prensa era a las 9. Ocho de la mañana, y el área del jurídico no tenía los datos completos, todo era un desorden total.  Pensé en lo que había leído de Fredy Kofman, mentiría si dijera que me senté a repasar el texto. George… me lo dijiste NO VAS A SACAR TU LIBRO PARA CONSULTARLO EN ALGUNA RUEDA DE PRENSA, pero ese era el momento para no volver a… regarla de nuevo Y ASUMIR QUE AL SER LA SUBDIRECTORA ME TOCA SOLUCIONAR TODO TIPO DE SITUACONES.
Delegué… le pedí a Juan que hiciera uso de sus dones de relacionista público y que con los compañeros policías tratara de obtener la historia que nos serviría para armar el boletín para no esperar al jurídico. Dejé a Pedro que terminará el monitoreo para el secretario, nunca lo había dejado solo haciéndolo, pero le pedí que recordara cómo lo habíamos armado en los días más pesados. José me ayudó con datos desde la Procuraduría (número de averiguaciones, fechas de delitos cometidos por los detenidos etc). Pepe Toño, al que casi nunca le pido nada, me ayudó con las fotos. Los reporteros no notaron el estrés, no se dieron cuenta de que tras bambalinas todos corríamos. ESE ERA EL OBJETIVO, que frente a cámaras todo estuviera en orden. Me sentí orgullosa de todos, nadie puso peros, estaban comprometidos, asumo entonces que fue mi FORMA DE PEDIR LAS COSAS la que cambió. Entendí una pequeña parte de ser líder.
Además empiezo a responder a la pregunta sobre el propósito de esta materia en vida… el ser consciente de mi entorno y de mí misma de manera que se vea REFLEJADO en acciones, que mejoren mi forma de comunicarme con el mundo y de entender a quienes me rodean. Crear verdaderas conversaciones…